
Coinbase está pasando de ser «remote first» a endurecer el teletrabajo. El motivo: hackers norcoreanos
Coinbase, que nació como empresa nativa digital y defensora del trabajo en remoto, ha dado marcha atrás en la política laboral que asumió sobre todo desde la pandemia. Ahora exige que todos los nuevos empleados viajen a Estados Unidos para su orientación presencial. Los que accedan a información sensible deben ser ciudadanos estadounidenses y someterse a la toma de huellas dactilares.
La razón no tiene tanto que ver con los retrocesos del teletrabajo que hemos visto en otras empresas. Es más bien cuestión de supervivencia: han detectado a trabajadores tecnológicos norcoreanos intentando infiltrarse sistemáticamente en la empresa para robar información y criptomonedas.
La amenaza. El CEO, Brian Armstrong, ha explicado que tienen detectado un flujo constante de candidatos norcoreanos altamente cualificados. «Es como si se graduaran 500 nuevos cada trimestre», ha dicho. Y no son simples hackers aficionados: el FBI ha confirmado que operan con cómplices en territorio estadounidense que reenvían portátiles de empresa, asisten a entrevistas virtuales haciéndose pasar por los candidatos y montan empresas pantalla. También ocurre en Europa.
Para el régimen de Pyongyang, el robo de criptomonedas es una fuente de financiación estatal más cuyos ingresos ayudan también al programa de armas nucleares. Solo este año habrían robado 1.400 millones de dólares del exchange Bybit.
Entre bambalinas. Los infiltrados no son el único problema. Coinbase ha descubierto sobornos de cientos de miles de dólares a trabajadores de atención al cliente para obtener información de cuentas. Algunos llegaban a introducir móviles en instalaciones supuestamente seguras para fotografiar pantallas con datos sensibles.
La empresa ha respondido con medidas drásticas: los empleados trabajan en instalaciones blindadas con Chromebooks seguros y acceso limitado a información. «Cuando pillamos a alguien, no le acompañamos a la puerta; va a la cárcel», ha dicho Armstrong.
Punto de inflexión. Esta crisis de seguridad marca un antes y un después en el debate sobre el trabajo remoto. Coinbase ha tenido que elegir entre la que era su cultura empresarial y su supervivencia. Y ha hecho lo segundo. De hecho ha abierto una nueva oficina en Carolina del Norte para concentrar las operaciones críticas en territorio estadounidense.
Las entrevistas ahora exigen mantener la cámara encendida para verificar que el candidato es quien dice ser y no está siendo suplantado o dirigido.
Y ahora qué. El caso Coinbase puede ser solo la punta del iceberg. Si una empresa tecnológica puntera y con la seguridad como uno de sus pilares no puede mantener seguro el trabajo remoto, ¿qué pueden esperar las demás?
La pandemia normalizó el teletrabajo, pero las amenazas de seguridad pueden revertir esa tendencia.
Especialmente en sectores sensibles como finanzas, tecnología y defensa.
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Coinbase está pasando de ser «remote first» a endurecer el teletrabajo. El motivo: hackers norcoreanos
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Javier Lacort
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